¿Porque pasaste a mi lado y me susurraste al oído que me querías?, porque esa insinuación al deseo que hace que se abran los poros de mi piel haciendo crisparme y encender la llama de interminable flama rojiza que simula un parecido a cuando te ruborizas cuando te sugiero si quiera un beso de fines de primavera que es cuando los bosques se visten de elegantes vestidos multicolores.
Abre tu pecho para que sientas mi último aliento, que cual tornado destruye todo a su paso, también ese aliento voraz mata ilusiones que no son más que sueños de un atardecer nítido de colores pastel que absorben los últimos rayos de sol, ese que es amigo y enemigo al mismo tiempo, que se despide sin siquiera decir un adiós, que en los albores de la vida el ya estaba, y cuando nos hayamos ido el seguirá aquí, para la eternidad, la misma que solo soportaría estando contigo, tu que eres mi paz y mi felicidad.