martes, 2 de octubre de 2007

ENCUENTROS CASUALES

9:15 AM, me levantó como cualquier otro día de verano cuando el sudor frió me avisa que un nuevo día ha llegado. Aviento mi cobertor con tal furia, la misma furia con la que un águila abandona su nido. Siguiente paso, me libro del pecado incomodo que llevo por ropa y me meto a la ducha, que es peculiarmente rápida ya que olvida comprar el gas y no prende el boiler, salgo de baño y voy rumbo a mi cuarto y elijo lo primero que veo, bueno igual no tenia mucho de donde escoger. Me visto y me voy de nuevo rumbo al baño, donde el vanidoso espejo me llama para el ritual diario que consiste en exprimir hasta deformar la pasta de dientes, para luego peinarme manualmente, si, manualmente porque me peino con la mano ya que no tengo peine.


Saliendo del baño ya me preparo para salir a la calle, donde me encuentro a mis cuates sentados en la banqueta, casi inmóviles, pues no les gusta esforzarse para nada, cuando al ver esa escena al fin recuerdo el nombre y la dirección del lugar donde me recomendaron buscar trabajo. Basta de flojera, me dirijo hacia el punto, que al llegar a el me dio la impresión de haber atravesado toda la ciudad (lo bueno es que existe el metro).


Al llegar me encuentro con una escena cruel pero a la vez tan real y tan mexicana, decenas de personas en busca de unas cuantas vacantes. Llega el momento de la competencia y de la supervivencia, ¿qué tengo yo que no tengan ellos?, ¿qué aspecto tengo?, hey, pero yo tengo una carrera, me gradué de Ingeniero Civil en el Politécnico, ¿por qué me siento tan nervioso entonces?...

Tomó mi lugar esperando mi turno cuando me doy cuenta que me tocará esperar junto a una mujer, y yo dije, que demonios hace una mujer entre tanto hombre, en ese momento se activa mi machismo al pensar, bueno, un rival menos, jajaja. Minutos después noto que saca una revista que en su portada tenía a Niurka y a Bobby Larios en uno de sus escándalos, la hojea animadamente cuando atino a pensar, “Dios los hace, ellos se juntan”, al momento en que ella descargó una risa cautivadora que me deslumbró unos segundos, en eso me di cuenta que mi oponente no estaba tan mal, por lo que opté en sacar y hacer gala de mis habilidades en el arte del ligué, acción que no fue muy bien correspondida, yo no entendía el porque ya que me considero atractivo para el sexo débil por lo que en el tiempo que me tocó seguir esperando, me pasó rápido ya que se me fue en pensar y pensar en todo lo que pude haber hecho mal.


En ese momento me percate de que un jovenzuelo se le acercaba y la besaba cariñosamente en sus labios, ¡hey porqué la besas!, con que derecho pensé, cuando de pronto la mujer se para y le cede el lugar a lo que fue correspondido con un “gracias amor por cuidarme el lugar”, por lo que me retiré con la cola entre las patas y sin trabajo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena historia... misma que me hace recordar alguna que sucedio entre dos personas que viviendo de norte a sur se encontraron para demostrar que el amor no se fija edades, compromisos, lugares y demas, curioso no?
Y la luna? :)

Mi Angel de la guarda dijo...

Bueno no somos tanto el sexo debil, eh, bueno pues no te ligo con la chica, menos mal que el novio no te encontro afanandola si no quizas pudo haber habido un lío por alli, suerte con tu busqueda de trabajo
saludos
alas,...